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CREATIVIDAD

Creatividad es la capacidad humana para innovar. Esto significa generar ideas y esquemas, hechos y materiales, que resulten novedosos y significativos.

Se han seleccionado tres grupos que responden a diferentes tendencias:

Proceso individual

- Expresión de lo que se tiene dentro de sí (Mattisse).
- Novedad para el individuo creador y realización en sí mismo (Margaret   Mead).
- Catarsis creadora originada en conflicto subconsciente (Freud).
- Medio para que el individuo reduzca sus tensiones por apertura hacia el mundo exterior (Schachtel).
- Proceso de cambio, de desarrollo, en la organización de la vida subjetiva (Ghiselin).

Resolución de problemas

- Forma de solucionar problemas mediante intuiciones o combinación de ideas, provenientes de campos muy diferentes de conocimiento (Gagne).
- Proceso de lo que hace a uno sensible a los problemas , deficiencias, grietas o lagunas en los conocimientos, y lo lleva a identificar dificultades, buscar soluciones, hacer especulaciones o formular hipótesis, comprobar, ensayar y modificarlas si es necesario, y a comunicar los resultados (Torrance).
- Resolución de problemas en que la información necesaria no aparece disponible en su totalidad (Minsky).

Innovación

- Percepción de situaciones de manera nueva y más profunda (Wertheimer).
- Clara presentación a la mente de un problema, según líneas nuevas o no convencionales, de lo cual resulta la generación de una idea, concepto, noción o estructura (De Bono, Verbalin).
- Aplicaciones de un producto nuevo de relación, que resulta, por un lado, de la unicidad del individuo, y, por otro, de las circunstancias de su vida, y de los aportes ajenos (Rogers).
- Procesos conscientes e inconscientes que conducen al descubrimiento científico, a la originalidad artística y a la inspiración cómica, producidos por la bisociación, forma superior del aprendizaje que provee soluciones con escasa probabilidad de aparición, por asociar matrices autónomas (Klestler).

Invitamos al lector a realizar su propia síntesis en no más de una página, definiendo lo que entiende por creatividad.-

Saber escribir


La vida moderna exige cada vez más un completo dominio de la escritura. Hoy nadie puede sobrevivir en
 este mundo tecnificado si no sabe redactar una carta o un examen. Desde aprender cualquier oficio, hasta participar en la vida comunitaria, cualquier hecho requiere enviar escritos, plasmar ideas o elaborar informes. El trabajo de muchas personas gira totalmente en torno a documentación escrita.

En este contexto escribir significa mucho más que conocer el abecedario y hacer que la letras hablen.Quiere decir es necesario ser capaz de expresar conceptos en forma coherente y correcta para poder ser entendido por otras personas.

Hoy notamos que la mayoría de los adolescentes  sienten muy inseguros cuando tienen que explicar alguna situación y poseen un vocabulario muy acotado. Hace cuatro décadas una persona común se manejaba
 con no menos de cinco mil palabras. Hoy muchos jóvenes no superan, con suerte, las cien palabras. En algunos casos esta carencia llega también a comprometer el ejercicio profesional de muchas personas.-

¿COMO CLASIFICAR NUESTRAS NOTAS?

He aquí la organización que, después de muchos ensayos, me ha parecido la mejor. Si la clasificación es demasiado complicada, en vez de ayudar, aumenta la confusión. Unas cuarenta carpetas o biblioratos me parecen el máximo, porque con mayor número comienza la confusión. Cada una estará numerada y cada número corresponde a un título general. Por ejemplo, lo que concierne al trabajo intelectual está clasificado bajo una etiqueta, lo que atañe a la voluntad, a otra y así para la memoria, la lectura, etc.

Cada uno debe hacer su clasificación, según sus gustos y según la naturaleza de su trabajo.

Cuando tome una nota o recorte un artículo tenga a la vista el índice de sus etiquetas y ponga en su nota el número en que debe ser clasificada. Si la nota es de importancia, va a ocupar inmediatamente su sitio, si hay alguna dificultad para su clasificación va al estanque de decantación. Si el libro o la revista no me pertenecen, tomar una nota o resumen en el que se indica la naturaleza de la referencia con remisión al libro y a la página.

De esta manera no se construye en la arena y ningún esfuerzo se pierde. Mis observaciones, mis lecturas, los pensamientos que se me ocurren estando de paseo o en la cama que anoto en papeles sueltos, las imágenes que me sugieren los espectáculos naturales, etc., se clasifican y de vez en cuando, las vuelvo a leer para conservarlas o desecharlas. De esta manera, a lo largo de los años, tengo delante mi experiencia incesantemente examinada, comprobada y actualizada.

Lo esencial es que estos planes sean claros, porque la sensibilidad de los lazos y por consiguiente la riqueza de las capturas, está en razón de la claridad de las ideas directoras. Los lazos alimentan copiosamente las ideas claras dado que se trata de un lento crecimiento orgánico, tranquilo, regular, sin esfuerzo, porque una vez disciplinado el cerebro, se actúa automáticamente.

Darwin anotaba cuidadosamente los hechos, las hipótesis contrarias a su manera de ver, porque había observado que las olvidaba más fácilmente que los hechos favorables. Siempre trabajó en varias obras a la vez. Había organizado en un mueble, con etiquetas de treinta a cuarenta cajones en los cuales depositaba sus referencias y notas. Al final de los libros que compraba, hacía un índice de los hechos que le eran útiles para sus obras en preparación. Si el libro no le pertenecía, escribía un resumen aparte. Antes de emprender un trabajo, miraba todos sus índices y sus cajones y así tenía todas sus informaciones reunidas.

El hábito hace todo más fácil y crea la necesidad del trabajo. Con el trabajo, tanto los males del alma, como los físicos, pasan inadvertidos.

Ernesto Martinchuk

EL ARTE DE TOMAR NOTAS

Es la memoria de papel la que soporta el esfuerzo. En otros términos, las notas son para el que trabaja un alivio en su tarea. Sin ellas, los recuerdos se tornan vagos y sin consistencia.

Pero las notas pueden ser peligrosas por sí mismas y por su cantidad. Peligrosas por si mismas, porque si se toman en los momentos de pereza, y de sueño, del espíritu crítico, constituyen un tropel falto de cohesión y de resistencia.

Peligrosas por su cantidad, porque si no están admirablemente ordenadas, serán lo que es un ejército que está en manos del jefe una tropa en desbandada después del pánico.

Existe un arte de tomar notas, y cada uno tiene las que merece. Buenas notas son la recompensa de una voluntad que sabe suspender el juicio luego de una valoración lúcida. Pero no basta escoger rigurosamente a la entrada; es preciso, además, que cada nota sea clasificada, y que pueda encontrarse inmediatamente entre miles de ellas.

Durante las lecturas de formación intelectual, tomar notas es indispensable a causa de la flaqueza de la atención y de la memoria. La escritura es un sostén para la atención. El objeto de esas notas es poner a nuestra disposición el pensamiento de un maestro, que podemos volver a evocar con frecuencia en su precisión, y por consiguiente, incrustar en la memoria de manera que no se olvide.

Preocupantes y raquíticas serán nuestras notas si no resultan de un esfuerzo del espíritu. No se trata de tomar de aquí o de allá una frase o un trozo de frase. En necesario penetrar el pensamiento del autor, comprenderlo, y luego exprimirle. Exprimir es, propiamente obligar, mediante presión enérgica y sacar el fruto que contiene. Por una especie de condensación de su pensamiento, que exige enérgico esfuerzo. Luego estas notas, puestas en orden, se leen una y otra vez avanzando para no dejar detrás más que recuerdos organizados indestructiblemente. 

En cuanto a las notas tomadas en el curso de lecturas edificantes, hay que formar con ellas carpetas especiales. En ellas encontraremos la voz amiga y las palabras reconfortantes de lo mejor de nuestros antepasados. No hay que temer copiar los pasajes que nos han servido en momentos de desaliento, de disgusto, o que han redoblado nuestro ardor en momentos de firmeza
.
Hasta aquí, no se presenta ninguna dificultad. Esta no empieza sino en las notas de complemento, en las de caza a través de libros y revistas y en las reservadas para aliviar la memoria. La regla es que lo que debe aliviar no abrume. Es preciso un examen severo. ¿Es auténtica la cita? Si el pasaje que seleccionamos de una revista o un libro está firmada, ¿qué valor tiene el testigo? Es es realmente inteligente o no es más que un seudo-intelignte? ¿Piensa con palabras o tiene contacto con la realidad? ¿Es competente en el caso que se trata? ¿Cuál es su carácter, su veracidad habitual? ¿Es apasionado? ¿Es impulsivo? ¿Tiene espíritu libre?

Cualquiera que sea la autoridad de un escritor, no tendré en cuenta más que afirmaciones (o negaciones) que pueda probar y al crítico que afirma sin probar lo dicho.

Ernesto Martinchuk