Es muy frecuente encontrarse en el medio de una conversación telefónica, una clase aburrida o una espera tediosa dibujando formas, figuras o paisajes -que sólo uno mismo puede comprender- en una hoja de papel.
Se trata ni más ni menos de 'garabatear', una práctica que ha sido considerada como la antítesis de la intelectualidad y la representación del divague pero que hoy, la neurociencia, la psicología y el diseño, buscan resignificar.
Sunni Brown, autora de "The Doodle Revolution" ('La Revolución del Garabato', en español) y experta y referente mundial en el estudio de los beneficios del garabateo explica que estos dibujos que, muchas veces, no se entienden, sirven para captar nuevos conceptos y retener información, (además de mantener enfocado a quien los hace y funcionar como aliciente para la creatividad).
En su charla TED en 2011, Brown describió cómo el garabateo ha sido visto siempre como algo inapropiado y sin embargo es una acción que, además de ayudar a pensar y reaccionar creativamente, favorece en la absorción de contenidos al poner en funcionamiento de manera simultánea los cuatro canales de retención información: visual, auditivo, lectoescritora y kinestésica sumado a la posibilidad de una experiencia emocional.