La palabra vivida

Composición fotográfica Walter Ricci


En un principio, cuándo estemos bajo el síndrome de la hoja en blanco, y luego los resultados a los que lleguemos no satisfagan a otros, ni a nosotros mismos, estaremos siempre convencidos de que somos escritores, que nuestra necesidad de escribir aflora de nuestra más íntima posibilidad de existencia.

La disponibilidad interior hacia la literatura, -concebida como modo de realización superior- no encuentra sustento en la promesa de un inequívoco logro venidero. Se nutre en la experiencia efectiva de un goce que también es compulsión y obsesión, transformado en un encuentro con la palabra vivida como relación suprema y simultánea entre lo hermoso y la verdad.

Esa palabra no sólo se ha manifestado como instancia culminante del espíritu, se ha revelado a sí mismo como la única a cuyo contacto uno se siente respirando con libertad.-

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