Pero tal combinación, no desvía el curso del pensamiento humano hacia una síntesis conceptual que explique, a posteriori, la injusticia y la incomprensión del hombre para interpretar los mensajes de Dios.
El uso y la imitación de los signos se convierten, con el tiempo, en el puente ente la fuente de la solvencia y las insolvencias del hombre.
Cada uno, cuando escribe, piensa que debe poder decir y poder hacer en el presente y en la memoria futura.
Ernesto Martinchuk
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