Para muchos el amor puede
expresarse de diferentes maneras e incluso cuenta con una infinidad de
lenguajes para comunicar la intensidad del afecto. Pese a esto, existe gente
que sigue apostando por la intimidad de la tinta y el papel, mientras otros se
adaptan al avance tecnológico y a la practicidad del WhatsApp.
En otras épocas la distancia y
la inexistencia de Internet obligaban a los románticos a recurrir a métodos
"más creativos" para dar a conocer sus sentimientos a quien fuera
motivo de desvelo y un sinfín de emociones.
Una de las técnicas más
utilizadas para crear un contacto constante con la otra persona era el envío de
cartas; el desafío era impregnar en líneas escritas con tinta el amor y el
deseo, por medio del arte de la descripción.
Décadas atrás, por cuestiones de distancia, el
amor para muchas mujeres se hacía presente en forma de letras, en el pulso con
el cual se dibujaba a cada integrante del abecedario y la interesante manera
del relato del afecto que sentía el hombre, al que conocía más que nada de
manera escrita, y la única forma que tenía para comunicarse con él y lograr que
la pasión no termine era por medio de la tinta y el papel.
Que mujer no recuerda que cada
vez que el cartero ingresaba al barrio su ansiedad crecía sin explicaciones, su
corazón palpitaba con mayor rapidez y su deseo de saber qué le contaría esta
vez su amado se mostraba de manera desbordante.
"Cuando veía al cartero,
para mí, era lo máximo. Mi corazón latía más fuerte cuando él tocaba el timbre
de mi casa y con un gesto afirmativo me hacía saber que una carta me había
llegado. Al leer el escrito no podía evitar temblar; le sentía a mi lado,
sentía su piel, su olor, su calor y hasta sus besos. Me imaginaba que hacíamos
todo lo que describía en la carta", relataba una coqueta mujer de unos 60
años, reunida en un café con sus amigas, mientras yo, accidentalmente, escuchaba desde
otra mesa.
Aún recordaba a sus distintos
amores en cada carta que guardaba dentro de un pequeño baúl de recuerdos y
cuando tenía ganas de escapar de la realidad, abría el cofre y se nutría de
aquellos recuerdos que la trasladan a otras épocas y situaciones, comentaba a
sus amigas.
"Es diferente escribir un
'te amo' en un papel en donde esa frase no se va a borrar, que decir 'te amo'
por WhatsApp; incluso muchos ya no dicen esto y solo envían un emoticón. Lo
siento muy frío. Una carta podes volver a leer y vivir todo de nuevo",
detalló la mujer.
“En la actualidad el romance
fue perdiendo su forma e incluso ya no se observa que un hombre actúe como un
galán o simplemente escriba una pequeña esquela invitando a su amada a
almorzar. Ya no hay hombres que te abran la puerta del auto o que te tomen de
la mano para bajar una escalera. Los hombres de antes eran mucho más románticos”,
describía la mujer, mientras acompañaba sus observaciones con distintos gestos.
La comunicación hoy en día es
más rápida pero fría y el romance se tornó un asunto difícil de encontrar.
La tecnología de alguna manera
mató al romanticismo y un 'te quiero' fue reemplazado por emoticones. Es como
que ahora se muestra todo tan sobrecargado que se perdió hasta la simpleza de
observar los detalles.
Para muchos el amor se basa en
regalos que son entregados en fechas "especiales", sin embargo, para
otros el afecto se nutre de los momentos diarios y de los escapes que logran
ahuyentar a la rutina.
Los tiempos cambiaron y la
tecnología muestra sus avances, pero el amor es más que una linda foto para
redes sociales, aunque, a fin de cuentas, todas las maneras de demostrar cariño
son válidas.
Ernesto Martinchuk
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